gastronomía y buena vida

6 de febrero de 2017

Ribera Navarra, un cocido sorpresa..

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La Escalera de San Fermín es la excusa de los devotos de la fiesta española más conocida en el resto del mundo para reunirse e ir calentando el ambiente los meses previos al esperado siete de julio. Consiste en juntarse en torno a una mesa los días que “manda” la canción (“Uno de enero, dos de febrero…”) y en la medida de las posibilidades alargar la cosa con pacharanes y cánticos populares.

Se trata de completar los siete peldaños de la escalera pero debido a trabajo, hijos u otros condicionantes es complicado que así sea, por eso cuando los astros permiten que una cuadrilla se junte casi al completo hay que celebrarlo. Y así fue el último dos de febrero, cuando un grupo de sanfermineros madrileños celebramos que ya sólo faltaban cinco meses y cuatro días para el Chupinazo en el restaurante Ribera Navarra (Calle Málaga, 3 Madrid).

En la carta de este establecimiento confluyen los elementos básicos de la cocina navarra, entre los que destacan numerosas opciones verdes, pero si por algo va cogiendo fama es por su cocido madrileño. Esto sorprende y pica la curiosidad. La lluvia y las nubes en el exterior hacen el resto. Cocido para todos.

La extraordinaria sopa del primer vuelco y el descorche de una botella magnum de Príncipe de Viana nos hizo entrar en calor definitivamente. Reducida pero bien seleccionada la bodega y buena idea ofrecer botellas de litro y medio a grupos grandes, algo que debería convertirse en habitual en todos los restaurantes.


Cebolla, guindillas y tomate acompañaron la llegada de la bandeja con repollo, zanahoria, patata y el relleno. En su punto el repollo, algo más flojo lo demás, sobre todo el relleno, quizá porque en mi casa se ha comido siempre el mejor del mundo.
Los garbanzos y la carne terminaron de montar un festín en el que cada uno elige y mezcla según sus gustos. No hay dos personas que coman el cocido igual. Me parece un acierto que después de la sopa se ponga el resto de vuelcos sobre la mesa a la vez y que cada palo aguante su vela.


Grandísimo cocido el de Ribera Navarra, en definitiva, y digna de mención la honestidad del mesonero ante nuestra ambición de añadir entrantes: “Si vais a comer cocido no pidáis nada más”. Aun así, y tristemente, sobró bastante. De postre, tarta de queso y leche frita. Casero, casero. Gran colofón a una primera visita que merecerá más.

Detalle de tarta con bocado. Las prisas de alguno...


 -RIBERA NAVARRA.

- Calle Málaga, 3, Madrid

-Cocido completo: 22 Euros.
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