15 de febrero de 2016
Taberna La Cruzada, el cocido como bandera..
Apetecía un
cocido y además el día acompañaba. Viernes no excesivamente frío para esta
época del año pero plomizo, con esas nubes que se agarran a los tejados de
Madrid como si no se fueran a marchar nunca. Muchas opciones disponibles, con
mayor o menor fama, como corresponde a uno de los platos más característicos de
la capital. La Cruzada, que presume de ser la taberna más antigua de Madrid
(data de 1827), fue finalmente la opción elegida.
Este
establecimiento hace del cocido madrileño (27 euros por persona) su bandera
pero ofrece también un menú degustación por 25 euros que no tenía mala pinta.
Resueltas las dudas sobre pedir una cosa u otra con el camarero de la barra, que
nos atendió maravillosamente bien y nos sugirió apostar por el cocido, pasamos
al pequeño comedor del restaurante.
Sobre la
mesa, un cuenco con salsa de tomate aderezada con comino y orégano y un platito
con piparras y cebolletas, además de una jarra de agua. Ingenio a la hora de
vender su producto (“Jarra con agua de Madrid” se puede leer en la carta) y
honestidad por no imponer agua embotellada cuando del grifo sale una igual de
buena.
El segundo y
tercer vuelco es servido a la vez para dar la opción a los clientes de combinar
al gusto los garbanzos con las verduras y la carne. La legumbre, en su punto,
muy fina y sin piel. Lo mismo se puede decir de las patatas, zanahorias y
puerros, pero sin duda merece mención especial el repollo. Igualito igualito
que el de mi madre.
Vaciamos la
bandeja de garbanzos y casi la de verduras pero fue una pena que no pudiéramos
con la de carne. Lo nunca visto para grandes tragones como somos en El
Triclinium pero lo cierto es que era muy muy generosa… No hubo ninguna pieza
que desentonara en el alto nivel general de este señor cocido pero para que
haya constancia de lo que comimos y sepáis lo que encontraréis en La Cruzada,
enumeramos: chorizo, morcilla de cebolla, tocino ibérico, puntas de jamón,
huesos de caña y carne de pollo y vaca.
El vino que
elegimos para acompañar fue un tinto Regajal, que resultó un compañero excelente ante tan
contundente comida. El menú incluye postre (los cuatro nos inclinamos por el
sorbete de limón al cava por razones digestivas obvias) y café y, como el
personal recuerda siempre que tiene oportunidad, se permite repetir de lo que
se quiera. Un tercer plato de sopa después de la carne da fe de ello.
Si quieres repetir nuestra experiencia reserva mesa desde aquí...LA CRUZADA
Taberna "La Cruzada"
Calle Amnistía 8
Menú Cocido 27 e (barra libre de cocido)
Taberna "La Cruzada"
Calle Amnistía 8
Menú Cocido 27 e (barra libre de cocido)
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